martes, 16 de noviembre de 2010

22º día: Bangkok

Hoy ya comienza la cuenta atrás. Nos despertamos con una sensación amarga porque sabemos que hoy se nos acaba lo bueno y toca volver a España.

Ayer cuando llegamos por la noche a la habitación, encontramos la mesa preparada para 2, con velitas...el Hotel había tenido el detalle de dejar en la nevera un pequeño pastel que ponía "Feliz Cumpleaños" para Xisco. Nos quedamos sorprendidos. Se han marcado un tanto a su favor!!

Por la mañana, apuramos para hacer las últimas compras en el MBK, ya que de todos los sitios que hemos visto, es el que tiene de todo y a buenos precios.

Pasamos la mañana dando vueltas por el centro, mirando, regateando, etc.

Por la tarde toca descansar, hacer la maleta y emprender la marcha para el aeropuerto. Nuestro vuelo sale a las 22.45 hrs, así que se nos va a hacer un poco largo hasta que lleguemos a Zurich, donde nos esperan 8 largas horas de espera. Quién sabe si podemos salir del aeropuerto para dar una vuelta y conocer la ciudad un poco, a lo mejor nos aventuramos!

Conclusión del viaje: Un país fascinante. A destacar la amabilidad de su gente, que siempre te dedican una sonrisa aunque estén pensando "qué capullo eres..."

Una cultura para observar detenidamente, ya que las costumbres y su religión la hacen muy diferente a nosotros.

Una gastronomía exquisita (si sabes elegir bien los lugares para comer). Al final no hemos tenido problemas de estómago en todo el viaje...

Un país lleno de Naturaleza por todas partes: desde las altas montañas, la jungla y la vegetación del Norte,  hasta el exotismo de las playas de fina arena blanca, rocas e islas elevadas del Sur.

Como dicen ellos cuando promocionan el país en los medios de comunicación: "Amazing Tailandia".

21º día: Bangkok

Ayer cenamos en el Restaurante Sirocco. Cuando llegamos fuera del ascensor nos hacen el "paseíllo" alrededor de cinco Recepcionistas, que nos van indicando el camino hasta las escaleras que bajan al Restaurante.


Sólo se nos ocurre una palabra para describir las vistas desde allí arriba: Waaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuwww!!!

Puedes apreciar el skylight de la ciudad con su río, la brisa caliente pero no en exceso por la noche, gente con sus mejores galas y atuendos listos para pasar una velada especial, ya que no se cena cada día en un Restaurante de este tipo...


Habíamos leído varios comentarios negativos sobre la comida en algunos foros, pero lo cierto es que es una comida bastante exquisita, aunque hay poca variedad de platos.

El servicio es excelente. Después de cada plato te traen toallas calientes enrrolladas para que asees las manos, en cada momento pendientes de tí por si necesitas cualquier cosa, etc, etc, etc.

Pero lo mejor del restaurante, sin duda alguna, son las vistas, y la música jazz en vivo que permiten transportarte al mejor de los mundos...

Del 1 al 10, nuestra experiencia la calificamos en un 9...

Pasamos toda la mañana recorriendo Chinatown de nuevo, ya que vimos muchas cosas que por precio es mejor comprarlas aquí. Es la mayorista de todos los mercadillos de la zona, así que un poco de astucia y maña, puedes sacar muy buenos precios sin tener que comprar demasiada cantidad.

Mañana último día....

domingo, 14 de noviembre de 2010

20º día: Bangkok

Suena el despertador a las 6 am. Hay que darse prisa para no perderse el pedazo de desayuno del hotel y estar a las 7 en punto en recepción, donde nos espera el guia que hemos contratado para ir al mercado flotante de "Damnoen Saduak".

Avisamos a la recepcionista de que ya estamos listos, y para nuestra sorpresa, la guia nos espera (un cuarto de hora antes de lo previsto). Se llama Neng:"¿Que pasa neeeeeng?.

Salimos a la puerta y un chofer vestido de Jeffrey, nos abre la puerta de una pequeña limusina (esto prometeeeee!!!). Seremos 4 pues, ya que hemos contratado guía privada y chofer para nosotros.

Por el camino nos explica la historia de Tailandia, tradiciones, población, etc...así que nos despierta un poco hasta que realizamos la primera parada.

Visitamos una fábrica de coco. Vemos cómo extraen de la planta de la palmera el azúcar de coco. Éste se utiliza para cocinar gran variedad de platos thai. Nos enseña infinidad de objetos realizados con la cáscara del coco (bolsos, maceteros, floreros, jarras, etc).



Más tarde, entramos en un vivero de orquídeas. Cientos de ellas, a cual más bonita...Nos explica que de éste vivero exportan a muchos países extranjeros.



Cada vez que entramos y salimos de  la limusina, Jeffrey nos abre la puerta: "creo que nos podríamos acostumbrar fácilmente a que nos trataran así de bien cada día". Una vez dentro del coche, nos tiene preparada aguas frescas y toallas mojadas con un ligero toque de limón para limpiarnos el sudor.

Seguimos el camino hacia el Mercado Flotante. Ha sido 1 hora de viaje desde Bangkok. Para nuestra sorpresa, Neng nos explica que vamos a realizar un trayecto de 30 minutos en "speed boat", lancha rápida (y ésta vez rápida de verdad), por los canales previos al mercado flotante. Por el camino vamos viendo casas, barcas que se preparan para ir al mercado, flora, fauna, etc.



Una vez llegamos al Mercado, nos bajamos de la barca rápida y damos un paseo por los laterales del canal principal, donde nos explica el funcionamiento de éste peculiar mercado y los tipos de frutas que vamos a encontrar durante el recorrido en la próxima barca.

Neng va comprando todo tipo de frutas para que vayamos probándolas. Desde la banana, hasta el coco, pasando por el pomelo y el dragon fruit entre otros. Vamos a reventar con tanta fruta!!!


Subimos en un bote a remo: de los auténticos del mercado, y nos avisan de que no nos movamos ni saquemos los brazos y las manos fuera. Más tarde lo entendemos a la perfección, ya que unos botes chocan y rozan con otros para abrirse paso por los canales estrechos, o más bien, amplios pero llenos de gente.

Durante la primera parte del recorrido, observamos lanchas llenas de verduras, frutas, cocinas improvisadas dentro de las mismas haciendo noodles, pescado, etc.


Hacen todo tipo de cortes de fruta dentro de las barcas, con una agilidad y maestría que te dejan asombrado, ya que un simple movimiento de cuerpo, aquello se balancea que da gusto....

Otra parte del recorrido, la hacemos por canales donde venden todo tipo de souvenirs. Aunque no estamos muy animados para comprar nada, los vendedores desde las orillas, acercan el bote con un gancho, para "animarte" a comprar lo que sea.

Nos engancha una mujer y nos "hace comprar" el bálsamo de tigre (para masajes, dolores de espalda, cabeza, etc). Y decimos "nos hace comprar" porque de no ser así, todavía estaríamos por allí con la vendedora. Muy insistente la mujer!!

Después de varios atascos y varios minutos sin mover nuestra barca nos bajamos y damos otro paseo por las orillas. Ésta vez nos enseña un plano más genérico de los canales desde encima de un puente. Impresiona la cantidad de barcas y gente que se pueden juntar en un mismo lugar...



Acabamos de visitar todo lo visitable, y nos montamos en la limusina. Por el camino, paramos de nuevo para ver un centro de artesanía de teca. En ésta fabrica, vemos cómo tallan la madera para convertirla en todo tipo de obras maestras: cuadros, mesas, sillas, animales, etc. 


Regresamos a Bangkok y nos propone llevarnos a un buen centro de masaje para relajarnos un poco del día que hemos tenido (si esto es estrés, queremos estar estresados toda la vida....jajaja).

Aceptamos la invitación (pagando por supuesto) y escogemos un masaje de 2 horas que combina la técnica del masaje thai con el masaje de aromaterapia con aceites. Nos hemos dormido...con eso lo decimos todo!

Tras el masaje, visitamos el Siam Parangon, un centro comercial más lujoso, donde puedes encontrar todo tipo de tiendas, franquicias, marcas, etc. Nada del otro mundo. Precios más asequibles que en España pero sin grandes diferencias.

Regresamos al Hotel, y esta vez nos toca cenar en el Restaurante Sirocco, ubicado en la planta 63 del Hotel donde dormimos. Luego tomaremos algo en el Sky Bar, observando las impresionantes vistas de noche (no dejan hacer fotos...) y por hoy suficiente!!

19º día: Bangkok

Los sábados y domingos existe un Mercadillo llamado Chatuchak. Según dicen es el mercado más grande del mundo, así que es visita obligatoria si coincide que estás en la ciudad en fin de semana.

Antes de marchar para el mercado, desayunamos en el Hotel. Nos perdemos en el Restaurante!! Hay de todo y no sabes qué coger… Tuestan el pan en un horno de leña a la vista, a parte del cocinero que te hace los creps, otros 3 haciendo tortillas, otro haciendo gofres, y en cada bandeja detrás del buffet, un camarero, reponiendo lo que coges al momento para que las bandejas siempre estén completas. Impresionante…lujo asiático en todo su esplendor.

Cogemos el sky train que nos lleva hasta el mercado. Casi casi nos recorremos toda la línea, porque el mercado no se encuentra en pleno centro.

Nada más llegar, se ve gente (tanto turistas como locales) por todas partes. Parecen hormiguillas, y a lo lejos, se divisa un gran mercado donde la vista no alcanza su final desde el skytrain. Hemos leído en alguna parte que hay alrededor de 15.000 puestos, y que el regateo es imprescindible (perfecto! Ya estamos hechos a ello!).


Entramos por una de las mil callejuelas (no esperaba que fuera un mercadillo cubierto), y el calor es horroroso…en cada puesto tienen ventiladores, y los más lujosos su aire acondicionado.

El mercado está dividido por sectores, primero entras en el de ropa, luego decoración, animales, comida, etc…

Puedes encontrar de casi todo, con mucha paciencia, y mucho tiempo…Empezamos con las compras, y nuestra primera experiencia, mal…no nos rebajan ni un bath!! Pero no se regateaba?? En el segundo, nos vuelve a pasar…Así sucesivamente. De momento no compramos nada, porque los precios no son realmente la bomba como para comprar cosas. Hay centros comerciales y mercadillos nocturnos mucho más interesantes.

Cansados de tanto dar vueltas, del calor, la gente, y los precios, decidimos irnos a otra parte.

Vamos a coger el metro por primera vez desde que estamos en Bangkok. La experiencia resulta fácil y muy segura, y más barata que otras opciones de transporte en la ciudad. Nos choca ver que en todas las estaciones, tienen valladas las vías con puertas automáticas para mayor seguridad (¡qué adelanto!). Por ello, el metro luce impecable, todo está muy limpio y las indicaciones son muy buenas: vamos que no te pierdes ni a propósito.


Llegamos al Estadio Lumpini. Queremos sacar las entradas para ver una lucha de Muay Thai Boxing. Una vendedora nos sale al paso, explicando que hay tres tipos de entradas, pero que nos aconseja las que están situadas en el mismo ring (las de turistas en pocas palabras, ya que cuestan 2000 bath por persona). Después de sacar las entradas VIP, nos vamos a descansar un rato al Hotel. Para ello cogemos un taxi. Pero nuestra sorpresa viene cuando nos montamos en el primero, le enseñamos la dirección del Hotel y nos hace negaciones con la cabeza y nos invita a bajarnos. “¿Qué le pasa a este hombre, no tiene ganas de conducir?”. Paramos a otro taxi: la misma historia. Y a la tercera, va la vencida!! Este nos lleva, pero cuando le decimos que ponga el taxímetro se niega. Le decimos que pare, pero no nos hace ni caso y una de dos: O nos tiramos en marcha o acatamos el precio (nos pide 150 bath cuando el trayecto es de 55). Al final le damos 120 bath pero por fin podemos llegar…

Nos relajamos un rato en la piscina del Hotel, y después de unas horas, marchamos al Lumpinee Boxing Stadium. Allí nada más bajar del taxi, nos dan la bienvenida los recepcionistas del Estadio. Nos explican a qué hora tenemos que estar, y nos dan un papel con todas las luchas de la noche y los pesos. Son 9 combates en total…buf! Creemos que se va a hacer largo…

Nos sentamos en primera fila (después de lo que hemos pagado, no es para menos…). Empiezan las peleas por los más ligeros y cuando entran en el ring, observamos que son niños que no alcanzan casi los 14 años.

Pero…no veas cómo reparten los niños!! El primer combate es un pre-calentamiento de lo que vamos a presenciar. Conforme van pasando, aumenta la calidad y el nivel de los boxeadores.

Nos gusta la ceremonia o ritual que realizan antes de comenzar a luchar (Way Khru ram Muay). Es una especie de calentamiento para poner en marcha los músculos, y consiste en un baile que parecen imitar animales y oficios. Llevan un collar de flores hechas por amigos y familiares (Pong Malai) y una especie de banda que se pone en la cabeza y que representa a su gimnasio (Mongkon). Ésta es quitada por su entrenador al inicio del combate y tras haber sido “bendecido” por el mismo.


El tercer combate parece bastante igualado, pero de repente uno de ellos le suelta un “job” (puñetazo en la cara), lo levanta un metro del suelo y cae de espaldas K.O. Perdió la conciencia y lo tuvieron que sacar en camilla.


Tenemos sentados justo delante a algunos encargados de las apuestas, que continuamente se giran y hablan por el móvil con gente situada en la segunda gradería (que es donde normalmente están los locales). Aquello es un hervidero de gritos y señas.

Pensábamos salir a la mitad del espectáculo, ya que empieza a las 20 horas y acaba a las 24, pero conforme vamos entendiendo un poco el arte marcial del muay thai, nos quedamos enganchados al asiento sin querer salir!

Ya en el final, nos marchamos hacia el Hotel en taxi. Mañana nos espera otro madrugón para ir al “Mercado Flotante” de Damnoen Saduak.



viernes, 12 de noviembre de 2010

18º día: Bangkok

Suena el teléfono a las 7 am: "Bueno día"; es la llamada despertador que hemos pedido a la Recepcionista la noche anterior. Ella se esfuerza por decir la frase...
A las 8 am nos vienen a buscar para llevarnos al Aeropuerto de Krabi. Aparece una ranchera con asientos laterales, todo descubierto, parece que vamos al campo a faenar, a no ser por las maletas que nos delatan...
Vamos saliendo de Ao Nang y Xisco se da cuenta de que le falta la chaqueta...se la ha dejado en el sillón de Recepción! Como podemos, empezamos a picar al conductor por la ventana de atrás, y entre chillidos y golpes, se medio asusta, pega un bandazo al volante, nos medio caemos, y asoma la cabeza por la ventanilla:What happen madam?? jajaja!! Le decimos que vuelva al Hotel, pero nos mira con cara de: Eeeennn?? Le hacemos señas y... Ahhh! Ya lo entiende! Gira allí mismo donde se ha parado y otra vez al Hotel.
Llegamos por fin al Aeropuerto (muy pequeño, con una sóla puerta de embarque). Volamos con la Thai y el avión hoy va medio vacío (o medio lleno para los más optimistas), aunque el avión era enorme. Tan grande como el que nos llevará de regreso a España...pero ains!! no pensemos en esa frase maldita, que aún nos quedan unos días!!

De vuelta a Bangkok, pero esta vez con algunas lecciones aprendidas. Nuestra primera toma de contacto con los Tailandeses: "please, put the taximeter" (es decir, que ponga el taxímetro). Esta vez, no nos la van a pegar!! Nos sale por unos 440 bath, más barato que la otra vez.

Llegamos a la entrada de coches del "Hotel Lebua at State Tower" un 5* que parece estar bien. Hacen parar al taxi en la barrera automática y salen dos maromos enchaquetados de seguridad. Le piden al conductor que abra el maletero y el capó, lo inspeccionan, nos miran...nos dan paso, se cuadran y nos hacen un saludo al estilo militar. ¿Somos de la comandancia o algo por el estilo?jaja! Nos partimos de risa..a la vez un poco asombrados pensando: ¿dónde nos hemos metido esta vez?

Nos cogen las maletas entre dos botones, nos hacen sentar en butacones de una sala de té y nos ofrecen algo para beber. Mientras, ellos van haciendo el check-in. Cuando hemos acabado todos los trámites, una guest relations del Hotel nos acompaña a la habitación para mostrarla. Parece que está mejor que el Villa Cha Cha Hotel del primer día....jajaja!!



Una vez instalados, marchamos a ver Chinatown, visita que se nos quedó pendiente durante los primeros días.


A simple vista no parece muy diferente de otros Chinatowns de otras ciudades, pero conforme nos adentramos en el barrio...buff! se nos van quitando cada vez más las ganas de comer. Volvemos a los olores en las calles, suciedad, pero al mismo tiempo, los productos raros y alucinantes que vas encontrando a cada paso. Hay lo más raro que te puedas encontrar: farmacias chinas con remedios ancestrales, el gato chino que no para de mover el brazo por todas partes, puestos de comida, frutos secos, mayoristas de zapatos y todo tipo de textil, decoración...y todo ello, en unas calles estrechisimas que se supone son de peatones, pero donde las motos pasan a toda leche pitando para que seas tú el que te apartes!


Un poco conmocionados, vemos una nueva forma de transporte que la vez anterior no vimos: los moto taxi.
Son motoristas, que te llevan en una scoopy a donde les dices, pero no te dan ni casco ni nada, y cualquiera se atreve a montar con un tailandés en moto...

Después de una hora paseando por sus calles, tenemos suficiente de Chinatown por hoy. Demasiado para el primer día en Bangkok.

Seguimos caminando y de repente damos sin querer con el Wat Traimit (qué ni pintado! matamos dos pájaros de un tiro). Éste templo tiene cuatro plantas y se encuentra casi en la puerta de Chinatown. Fue el único que se nos quedó en el tintero hace dos semanas.


Por fuera es precioso, y por dentro se caracteriza porque en la cuarta planta guarda el Buda de Oro más grande del mundo. Pesa cerca de 5 toneladas y data de hace más de 700 años, fue construido en la era de Sukhotai.


Acabamos la visita y nos vamos andando plano en mano hasta el MBK, un centro comercial que nos gustó bastante. Necesitamos hacernos con ropa adecuada al Hotel donde nos encontramos alojados, pues es norma la vestimenta de largo y zapatos cerrados para entrar en los restaurantes de Lujo y en el Sky Bar, un bar situado en la 63ª planta del Hotel desde donde se divisan unas vistas nocturnas preciosas de toda la ciudad.

Sorpresa! Maletas por la mitad de precio de lo que nos ofrecían en Krabi! Y sin regatear..y encima de mejor calidad (marca Samsonite que dan el pego perfectamente).

Teníamos reservada cena en el Bed Supperclub, pero hoy hemos tenido bastante y no podemos con nuestros pies. Así que el Bed Supperclub tendrá que esperar a otra noche...

17ºdía: Krabi (Ao Nang)

LLueve, llueve, llueve y vuelve a llover....
Desde que nos hemos levantado ésta mañana, no ha parado ni un momento (ni tampoco lo ha hecho en toda la noche).

Ahora son las 17 hrs y por no estar todo el día sin hacer nada, (aunque la lluvia es una buena excusa que invita al relax), hemos comprado unos chubasqueros de plástico (parecemos dos bolsas de basura de colores), y vamos a intentar regatear un poco por pasar la tarde y hacerla más amena.

Llegamos al primer puesto de la calle principal, preguntamos el precio de una maleta porque aunque hemos comprado poco, no nos iría mal ir  un poquito más desahogados de equipaje. No conseguimos que nos la rebajen a 1500 bath, que es lo que nos hemos propuesto gastar para ello.

Así que vamos entrando de tienda en tienda, y a medida que avanza la tarde, nos damos cuenta de que casualmente todos nos ponen precios similares pero...qué casualidad que al hombre o dueño que nos despacha siempre le suena el teléfono cuando entramos!! Nos vigilan de cerca.... Y encima con tanto rebajar, se mosquean con nosotros!

Pero sabemos que pueden llegar a los márgenes que les pedimos, porque a una vendedora la pillamos in fraganti! Nos dice que sí al precio y luego, cuando le apretamos más, dice que va a ver si su jefe le da permiso. Así que llama, y luego nos da el doble del principio!!! Conclusión: les hemos herido el orgullo de vendedores...y nosotros nos quedamos sin maleta..jajaja! De momento aguantamos con lo que tenemos, pero en Bangkok, no hay escape.

Así pasamos la tarde, no porque queramos, sino porque a parte de hacer tiempo tomando un helado en el Haagen Dazs, un refresco en el Black Canyon y leer un libro, en un día de lluvia y viento por aquí, no hay más que hacer.
Y cuando decimos lluvia....es la peor de las lluvias de España, pero sin parar ni un minuto en 24 horas!!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

16ºdía: Krabi (Tub Kaek Beach)

Hoy no tenemos planes. Nos levantamos tranquilamente y bajamos a Recepción para desayunar, y como las Recepcionistas nos preguntan qué tenemos pensado hacer hoy, les respondemos que todavía no lo sabemos.

Así que sacan un mapa y nos sugieren que visitemos unas playas no muy lejos de aquí y que alquilemos una moto para ello. Nos parece muy buena idea!! Tanto que después de la experiencia de hoy, posiblemente repitamos!

El alquiler de la moto nos sale por unos 4€ las 24 horas. Encima nos han dado la más nuevecita…por lo visto les hemos caído bien, porque siempre son muy atentas con nosotros.

Nos ponemos el casco (aunque por aquí sólo los turistas lo llevan…y no todos), y comenzamos la rutilla hacia la Playa Klong Moung. Por el camino vemos las casas (algunas budistas, otras islamistas), y llegamos, pero decidimos seguir de largo para ver qué más hay.

Acabamos la carretera en unas cascadas que no son muy famosas y que no recomiendan a nadie, y nos parece una pena! Son preciosas, y tan sólo hemos visto el tramo inferior, ya que no llevamos zapatos de trekking y el terreno está resbaladizo. Es un parque Natural llamado “Tab Kak-Hang”. A lo mejor mañana venimos a darnos un chapuzón, aunque mientras lo pensamos oímos un estruendo ruido dentro del monte como de un animal muy raro…así que se nos han pasado las ganas de venir solos. Esta parte de la isla es Naturaleza en su estado más puro! Se respira fauna y flora por todos sitios.


Volvemos unos kilómetros atrás, y comenzamos a ver letreros anunciando los Hoteles de la Zona, todos de cinco estrellas (Sheraton, Sofitel, Ritz-Carlton, etc), y pensamos que casi seguro, la playa dónde están estos hoteles, son las más tranquilas y bonitas de la zona. Y así es!! Es la playa de “Tuk Kaek”.

Cuando llegamos, las playas están desiertas! Sólo cubiertas por enormes cangrejos saliendo de los agujeros que han hecho como guarida en la arena de la orilla!!! Estamos quietos y comienzan a salir un tanto desconfiados, al menor movimiento, corren de nuevo hacia el agujero. Miden aproximadamente como la palma de la mano, con unas grandes pinzas. Llegamos a contar cerca de nuestra toalla como unos 15 a 20. El espectáculo cuanto menos, es divertido y fascinante.

Desde esta playa se divisan unas 7 u 8 islas grandes (algunas más pequeñas). Se ve perfectamente la Isla de Hong, que es muy conocida por aquí. También se divisan a lo lejos las más grandes de Koh Yao Yai y Koh Yao Noi. Es un paisaje estupendo, lástima que en esta época del año, siempre lo cubre una neblina que no deja ver con claridad. Pensamos que en un día bien soleado esto tiene que ser magnífico.


Vemos que se nos acercan varias personas de un Hotel cercano a pocos metros, y se quedan mirando los árboles, han visto también monos!! Les intentan dar de comer, pero los monos son más listos que ellos…no bajan hasta que se alejan.

Llega la hora de la comida. Aquí al no haber gente y no ser tan turístico no hay ni barcos en la orilla, ni vendedores, ni chiringos…

Vemos que hay un Bar a pie de playa de un Hotel de lujo. Nos invitan a pasar, y aprovechamos para ver la carta y preguntar si podemos comer algo.

Nos ofrecen unas tumbonas en la misma playa, y les pedimos unos cócteles. Creemos que tienen tan pocos clientes en este momento del año (para ellos todavía es temporada baja), que están encantados con nuestra visita.

Comemos allí, y aprovechamos para pasar la tarde en las tumbonas que nos han prestado.

A la hora de irnos, vemos como llegan unos pescadores a la playa. Comienzan a extender las redes en la orilla. Unas redes enormes! Les hacen sus nudos, las preparan, se meten un buen lingotazo de whiskey (nos ofrecen un poco entre risas), y se meten de agua hasta el cuello para extenderlas y pescar. Nos parece súper curioso! Y estamos seguros de que pescan bastante, porque han traído una gran nevera improvisada para meter las capturas. A Xisco le invitan a unirse al grupo de cuatro para ayudarles en la pesca, pero con la cabeza se niega, dice que no le apetece bañarse…

Regresamos al Hotel dispuestos a descansar un poco y recargar las pilas para mañana, que será nuestro último día de playa porque el viernes regresamos a Bangkok.