martes, 16 de noviembre de 2010

22º día: Bangkok

Hoy ya comienza la cuenta atrás. Nos despertamos con una sensación amarga porque sabemos que hoy se nos acaba lo bueno y toca volver a España.

Ayer cuando llegamos por la noche a la habitación, encontramos la mesa preparada para 2, con velitas...el Hotel había tenido el detalle de dejar en la nevera un pequeño pastel que ponía "Feliz Cumpleaños" para Xisco. Nos quedamos sorprendidos. Se han marcado un tanto a su favor!!

Por la mañana, apuramos para hacer las últimas compras en el MBK, ya que de todos los sitios que hemos visto, es el que tiene de todo y a buenos precios.

Pasamos la mañana dando vueltas por el centro, mirando, regateando, etc.

Por la tarde toca descansar, hacer la maleta y emprender la marcha para el aeropuerto. Nuestro vuelo sale a las 22.45 hrs, así que se nos va a hacer un poco largo hasta que lleguemos a Zurich, donde nos esperan 8 largas horas de espera. Quién sabe si podemos salir del aeropuerto para dar una vuelta y conocer la ciudad un poco, a lo mejor nos aventuramos!

Conclusión del viaje: Un país fascinante. A destacar la amabilidad de su gente, que siempre te dedican una sonrisa aunque estén pensando "qué capullo eres..."

Una cultura para observar detenidamente, ya que las costumbres y su religión la hacen muy diferente a nosotros.

Una gastronomía exquisita (si sabes elegir bien los lugares para comer). Al final no hemos tenido problemas de estómago en todo el viaje...

Un país lleno de Naturaleza por todas partes: desde las altas montañas, la jungla y la vegetación del Norte,  hasta el exotismo de las playas de fina arena blanca, rocas e islas elevadas del Sur.

Como dicen ellos cuando promocionan el país en los medios de comunicación: "Amazing Tailandia".

21º día: Bangkok

Ayer cenamos en el Restaurante Sirocco. Cuando llegamos fuera del ascensor nos hacen el "paseíllo" alrededor de cinco Recepcionistas, que nos van indicando el camino hasta las escaleras que bajan al Restaurante.


Sólo se nos ocurre una palabra para describir las vistas desde allí arriba: Waaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuwww!!!

Puedes apreciar el skylight de la ciudad con su río, la brisa caliente pero no en exceso por la noche, gente con sus mejores galas y atuendos listos para pasar una velada especial, ya que no se cena cada día en un Restaurante de este tipo...


Habíamos leído varios comentarios negativos sobre la comida en algunos foros, pero lo cierto es que es una comida bastante exquisita, aunque hay poca variedad de platos.

El servicio es excelente. Después de cada plato te traen toallas calientes enrrolladas para que asees las manos, en cada momento pendientes de tí por si necesitas cualquier cosa, etc, etc, etc.

Pero lo mejor del restaurante, sin duda alguna, son las vistas, y la música jazz en vivo que permiten transportarte al mejor de los mundos...

Del 1 al 10, nuestra experiencia la calificamos en un 9...

Pasamos toda la mañana recorriendo Chinatown de nuevo, ya que vimos muchas cosas que por precio es mejor comprarlas aquí. Es la mayorista de todos los mercadillos de la zona, así que un poco de astucia y maña, puedes sacar muy buenos precios sin tener que comprar demasiada cantidad.

Mañana último día....

domingo, 14 de noviembre de 2010

20º día: Bangkok

Suena el despertador a las 6 am. Hay que darse prisa para no perderse el pedazo de desayuno del hotel y estar a las 7 en punto en recepción, donde nos espera el guia que hemos contratado para ir al mercado flotante de "Damnoen Saduak".

Avisamos a la recepcionista de que ya estamos listos, y para nuestra sorpresa, la guia nos espera (un cuarto de hora antes de lo previsto). Se llama Neng:"¿Que pasa neeeeeng?.

Salimos a la puerta y un chofer vestido de Jeffrey, nos abre la puerta de una pequeña limusina (esto prometeeeee!!!). Seremos 4 pues, ya que hemos contratado guía privada y chofer para nosotros.

Por el camino nos explica la historia de Tailandia, tradiciones, población, etc...así que nos despierta un poco hasta que realizamos la primera parada.

Visitamos una fábrica de coco. Vemos cómo extraen de la planta de la palmera el azúcar de coco. Éste se utiliza para cocinar gran variedad de platos thai. Nos enseña infinidad de objetos realizados con la cáscara del coco (bolsos, maceteros, floreros, jarras, etc).



Más tarde, entramos en un vivero de orquídeas. Cientos de ellas, a cual más bonita...Nos explica que de éste vivero exportan a muchos países extranjeros.



Cada vez que entramos y salimos de  la limusina, Jeffrey nos abre la puerta: "creo que nos podríamos acostumbrar fácilmente a que nos trataran así de bien cada día". Una vez dentro del coche, nos tiene preparada aguas frescas y toallas mojadas con un ligero toque de limón para limpiarnos el sudor.

Seguimos el camino hacia el Mercado Flotante. Ha sido 1 hora de viaje desde Bangkok. Para nuestra sorpresa, Neng nos explica que vamos a realizar un trayecto de 30 minutos en "speed boat", lancha rápida (y ésta vez rápida de verdad), por los canales previos al mercado flotante. Por el camino vamos viendo casas, barcas que se preparan para ir al mercado, flora, fauna, etc.



Una vez llegamos al Mercado, nos bajamos de la barca rápida y damos un paseo por los laterales del canal principal, donde nos explica el funcionamiento de éste peculiar mercado y los tipos de frutas que vamos a encontrar durante el recorrido en la próxima barca.

Neng va comprando todo tipo de frutas para que vayamos probándolas. Desde la banana, hasta el coco, pasando por el pomelo y el dragon fruit entre otros. Vamos a reventar con tanta fruta!!!


Subimos en un bote a remo: de los auténticos del mercado, y nos avisan de que no nos movamos ni saquemos los brazos y las manos fuera. Más tarde lo entendemos a la perfección, ya que unos botes chocan y rozan con otros para abrirse paso por los canales estrechos, o más bien, amplios pero llenos de gente.

Durante la primera parte del recorrido, observamos lanchas llenas de verduras, frutas, cocinas improvisadas dentro de las mismas haciendo noodles, pescado, etc.


Hacen todo tipo de cortes de fruta dentro de las barcas, con una agilidad y maestría que te dejan asombrado, ya que un simple movimiento de cuerpo, aquello se balancea que da gusto....

Otra parte del recorrido, la hacemos por canales donde venden todo tipo de souvenirs. Aunque no estamos muy animados para comprar nada, los vendedores desde las orillas, acercan el bote con un gancho, para "animarte" a comprar lo que sea.

Nos engancha una mujer y nos "hace comprar" el bálsamo de tigre (para masajes, dolores de espalda, cabeza, etc). Y decimos "nos hace comprar" porque de no ser así, todavía estaríamos por allí con la vendedora. Muy insistente la mujer!!

Después de varios atascos y varios minutos sin mover nuestra barca nos bajamos y damos otro paseo por las orillas. Ésta vez nos enseña un plano más genérico de los canales desde encima de un puente. Impresiona la cantidad de barcas y gente que se pueden juntar en un mismo lugar...



Acabamos de visitar todo lo visitable, y nos montamos en la limusina. Por el camino, paramos de nuevo para ver un centro de artesanía de teca. En ésta fabrica, vemos cómo tallan la madera para convertirla en todo tipo de obras maestras: cuadros, mesas, sillas, animales, etc. 


Regresamos a Bangkok y nos propone llevarnos a un buen centro de masaje para relajarnos un poco del día que hemos tenido (si esto es estrés, queremos estar estresados toda la vida....jajaja).

Aceptamos la invitación (pagando por supuesto) y escogemos un masaje de 2 horas que combina la técnica del masaje thai con el masaje de aromaterapia con aceites. Nos hemos dormido...con eso lo decimos todo!

Tras el masaje, visitamos el Siam Parangon, un centro comercial más lujoso, donde puedes encontrar todo tipo de tiendas, franquicias, marcas, etc. Nada del otro mundo. Precios más asequibles que en España pero sin grandes diferencias.

Regresamos al Hotel, y esta vez nos toca cenar en el Restaurante Sirocco, ubicado en la planta 63 del Hotel donde dormimos. Luego tomaremos algo en el Sky Bar, observando las impresionantes vistas de noche (no dejan hacer fotos...) y por hoy suficiente!!

19º día: Bangkok

Los sábados y domingos existe un Mercadillo llamado Chatuchak. Según dicen es el mercado más grande del mundo, así que es visita obligatoria si coincide que estás en la ciudad en fin de semana.

Antes de marchar para el mercado, desayunamos en el Hotel. Nos perdemos en el Restaurante!! Hay de todo y no sabes qué coger… Tuestan el pan en un horno de leña a la vista, a parte del cocinero que te hace los creps, otros 3 haciendo tortillas, otro haciendo gofres, y en cada bandeja detrás del buffet, un camarero, reponiendo lo que coges al momento para que las bandejas siempre estén completas. Impresionante…lujo asiático en todo su esplendor.

Cogemos el sky train que nos lleva hasta el mercado. Casi casi nos recorremos toda la línea, porque el mercado no se encuentra en pleno centro.

Nada más llegar, se ve gente (tanto turistas como locales) por todas partes. Parecen hormiguillas, y a lo lejos, se divisa un gran mercado donde la vista no alcanza su final desde el skytrain. Hemos leído en alguna parte que hay alrededor de 15.000 puestos, y que el regateo es imprescindible (perfecto! Ya estamos hechos a ello!).


Entramos por una de las mil callejuelas (no esperaba que fuera un mercadillo cubierto), y el calor es horroroso…en cada puesto tienen ventiladores, y los más lujosos su aire acondicionado.

El mercado está dividido por sectores, primero entras en el de ropa, luego decoración, animales, comida, etc…

Puedes encontrar de casi todo, con mucha paciencia, y mucho tiempo…Empezamos con las compras, y nuestra primera experiencia, mal…no nos rebajan ni un bath!! Pero no se regateaba?? En el segundo, nos vuelve a pasar…Así sucesivamente. De momento no compramos nada, porque los precios no son realmente la bomba como para comprar cosas. Hay centros comerciales y mercadillos nocturnos mucho más interesantes.

Cansados de tanto dar vueltas, del calor, la gente, y los precios, decidimos irnos a otra parte.

Vamos a coger el metro por primera vez desde que estamos en Bangkok. La experiencia resulta fácil y muy segura, y más barata que otras opciones de transporte en la ciudad. Nos choca ver que en todas las estaciones, tienen valladas las vías con puertas automáticas para mayor seguridad (¡qué adelanto!). Por ello, el metro luce impecable, todo está muy limpio y las indicaciones son muy buenas: vamos que no te pierdes ni a propósito.


Llegamos al Estadio Lumpini. Queremos sacar las entradas para ver una lucha de Muay Thai Boxing. Una vendedora nos sale al paso, explicando que hay tres tipos de entradas, pero que nos aconseja las que están situadas en el mismo ring (las de turistas en pocas palabras, ya que cuestan 2000 bath por persona). Después de sacar las entradas VIP, nos vamos a descansar un rato al Hotel. Para ello cogemos un taxi. Pero nuestra sorpresa viene cuando nos montamos en el primero, le enseñamos la dirección del Hotel y nos hace negaciones con la cabeza y nos invita a bajarnos. “¿Qué le pasa a este hombre, no tiene ganas de conducir?”. Paramos a otro taxi: la misma historia. Y a la tercera, va la vencida!! Este nos lleva, pero cuando le decimos que ponga el taxímetro se niega. Le decimos que pare, pero no nos hace ni caso y una de dos: O nos tiramos en marcha o acatamos el precio (nos pide 150 bath cuando el trayecto es de 55). Al final le damos 120 bath pero por fin podemos llegar…

Nos relajamos un rato en la piscina del Hotel, y después de unas horas, marchamos al Lumpinee Boxing Stadium. Allí nada más bajar del taxi, nos dan la bienvenida los recepcionistas del Estadio. Nos explican a qué hora tenemos que estar, y nos dan un papel con todas las luchas de la noche y los pesos. Son 9 combates en total…buf! Creemos que se va a hacer largo…

Nos sentamos en primera fila (después de lo que hemos pagado, no es para menos…). Empiezan las peleas por los más ligeros y cuando entran en el ring, observamos que son niños que no alcanzan casi los 14 años.

Pero…no veas cómo reparten los niños!! El primer combate es un pre-calentamiento de lo que vamos a presenciar. Conforme van pasando, aumenta la calidad y el nivel de los boxeadores.

Nos gusta la ceremonia o ritual que realizan antes de comenzar a luchar (Way Khru ram Muay). Es una especie de calentamiento para poner en marcha los músculos, y consiste en un baile que parecen imitar animales y oficios. Llevan un collar de flores hechas por amigos y familiares (Pong Malai) y una especie de banda que se pone en la cabeza y que representa a su gimnasio (Mongkon). Ésta es quitada por su entrenador al inicio del combate y tras haber sido “bendecido” por el mismo.


El tercer combate parece bastante igualado, pero de repente uno de ellos le suelta un “job” (puñetazo en la cara), lo levanta un metro del suelo y cae de espaldas K.O. Perdió la conciencia y lo tuvieron que sacar en camilla.


Tenemos sentados justo delante a algunos encargados de las apuestas, que continuamente se giran y hablan por el móvil con gente situada en la segunda gradería (que es donde normalmente están los locales). Aquello es un hervidero de gritos y señas.

Pensábamos salir a la mitad del espectáculo, ya que empieza a las 20 horas y acaba a las 24, pero conforme vamos entendiendo un poco el arte marcial del muay thai, nos quedamos enganchados al asiento sin querer salir!

Ya en el final, nos marchamos hacia el Hotel en taxi. Mañana nos espera otro madrugón para ir al “Mercado Flotante” de Damnoen Saduak.



viernes, 12 de noviembre de 2010

18º día: Bangkok

Suena el teléfono a las 7 am: "Bueno día"; es la llamada despertador que hemos pedido a la Recepcionista la noche anterior. Ella se esfuerza por decir la frase...
A las 8 am nos vienen a buscar para llevarnos al Aeropuerto de Krabi. Aparece una ranchera con asientos laterales, todo descubierto, parece que vamos al campo a faenar, a no ser por las maletas que nos delatan...
Vamos saliendo de Ao Nang y Xisco se da cuenta de que le falta la chaqueta...se la ha dejado en el sillón de Recepción! Como podemos, empezamos a picar al conductor por la ventana de atrás, y entre chillidos y golpes, se medio asusta, pega un bandazo al volante, nos medio caemos, y asoma la cabeza por la ventanilla:What happen madam?? jajaja!! Le decimos que vuelva al Hotel, pero nos mira con cara de: Eeeennn?? Le hacemos señas y... Ahhh! Ya lo entiende! Gira allí mismo donde se ha parado y otra vez al Hotel.
Llegamos por fin al Aeropuerto (muy pequeño, con una sóla puerta de embarque). Volamos con la Thai y el avión hoy va medio vacío (o medio lleno para los más optimistas), aunque el avión era enorme. Tan grande como el que nos llevará de regreso a España...pero ains!! no pensemos en esa frase maldita, que aún nos quedan unos días!!

De vuelta a Bangkok, pero esta vez con algunas lecciones aprendidas. Nuestra primera toma de contacto con los Tailandeses: "please, put the taximeter" (es decir, que ponga el taxímetro). Esta vez, no nos la van a pegar!! Nos sale por unos 440 bath, más barato que la otra vez.

Llegamos a la entrada de coches del "Hotel Lebua at State Tower" un 5* que parece estar bien. Hacen parar al taxi en la barrera automática y salen dos maromos enchaquetados de seguridad. Le piden al conductor que abra el maletero y el capó, lo inspeccionan, nos miran...nos dan paso, se cuadran y nos hacen un saludo al estilo militar. ¿Somos de la comandancia o algo por el estilo?jaja! Nos partimos de risa..a la vez un poco asombrados pensando: ¿dónde nos hemos metido esta vez?

Nos cogen las maletas entre dos botones, nos hacen sentar en butacones de una sala de té y nos ofrecen algo para beber. Mientras, ellos van haciendo el check-in. Cuando hemos acabado todos los trámites, una guest relations del Hotel nos acompaña a la habitación para mostrarla. Parece que está mejor que el Villa Cha Cha Hotel del primer día....jajaja!!



Una vez instalados, marchamos a ver Chinatown, visita que se nos quedó pendiente durante los primeros días.


A simple vista no parece muy diferente de otros Chinatowns de otras ciudades, pero conforme nos adentramos en el barrio...buff! se nos van quitando cada vez más las ganas de comer. Volvemos a los olores en las calles, suciedad, pero al mismo tiempo, los productos raros y alucinantes que vas encontrando a cada paso. Hay lo más raro que te puedas encontrar: farmacias chinas con remedios ancestrales, el gato chino que no para de mover el brazo por todas partes, puestos de comida, frutos secos, mayoristas de zapatos y todo tipo de textil, decoración...y todo ello, en unas calles estrechisimas que se supone son de peatones, pero donde las motos pasan a toda leche pitando para que seas tú el que te apartes!


Un poco conmocionados, vemos una nueva forma de transporte que la vez anterior no vimos: los moto taxi.
Son motoristas, que te llevan en una scoopy a donde les dices, pero no te dan ni casco ni nada, y cualquiera se atreve a montar con un tailandés en moto...

Después de una hora paseando por sus calles, tenemos suficiente de Chinatown por hoy. Demasiado para el primer día en Bangkok.

Seguimos caminando y de repente damos sin querer con el Wat Traimit (qué ni pintado! matamos dos pájaros de un tiro). Éste templo tiene cuatro plantas y se encuentra casi en la puerta de Chinatown. Fue el único que se nos quedó en el tintero hace dos semanas.


Por fuera es precioso, y por dentro se caracteriza porque en la cuarta planta guarda el Buda de Oro más grande del mundo. Pesa cerca de 5 toneladas y data de hace más de 700 años, fue construido en la era de Sukhotai.


Acabamos la visita y nos vamos andando plano en mano hasta el MBK, un centro comercial que nos gustó bastante. Necesitamos hacernos con ropa adecuada al Hotel donde nos encontramos alojados, pues es norma la vestimenta de largo y zapatos cerrados para entrar en los restaurantes de Lujo y en el Sky Bar, un bar situado en la 63ª planta del Hotel desde donde se divisan unas vistas nocturnas preciosas de toda la ciudad.

Sorpresa! Maletas por la mitad de precio de lo que nos ofrecían en Krabi! Y sin regatear..y encima de mejor calidad (marca Samsonite que dan el pego perfectamente).

Teníamos reservada cena en el Bed Supperclub, pero hoy hemos tenido bastante y no podemos con nuestros pies. Así que el Bed Supperclub tendrá que esperar a otra noche...

17ºdía: Krabi (Ao Nang)

LLueve, llueve, llueve y vuelve a llover....
Desde que nos hemos levantado ésta mañana, no ha parado ni un momento (ni tampoco lo ha hecho en toda la noche).

Ahora son las 17 hrs y por no estar todo el día sin hacer nada, (aunque la lluvia es una buena excusa que invita al relax), hemos comprado unos chubasqueros de plástico (parecemos dos bolsas de basura de colores), y vamos a intentar regatear un poco por pasar la tarde y hacerla más amena.

Llegamos al primer puesto de la calle principal, preguntamos el precio de una maleta porque aunque hemos comprado poco, no nos iría mal ir  un poquito más desahogados de equipaje. No conseguimos que nos la rebajen a 1500 bath, que es lo que nos hemos propuesto gastar para ello.

Así que vamos entrando de tienda en tienda, y a medida que avanza la tarde, nos damos cuenta de que casualmente todos nos ponen precios similares pero...qué casualidad que al hombre o dueño que nos despacha siempre le suena el teléfono cuando entramos!! Nos vigilan de cerca.... Y encima con tanto rebajar, se mosquean con nosotros!

Pero sabemos que pueden llegar a los márgenes que les pedimos, porque a una vendedora la pillamos in fraganti! Nos dice que sí al precio y luego, cuando le apretamos más, dice que va a ver si su jefe le da permiso. Así que llama, y luego nos da el doble del principio!!! Conclusión: les hemos herido el orgullo de vendedores...y nosotros nos quedamos sin maleta..jajaja! De momento aguantamos con lo que tenemos, pero en Bangkok, no hay escape.

Así pasamos la tarde, no porque queramos, sino porque a parte de hacer tiempo tomando un helado en el Haagen Dazs, un refresco en el Black Canyon y leer un libro, en un día de lluvia y viento por aquí, no hay más que hacer.
Y cuando decimos lluvia....es la peor de las lluvias de España, pero sin parar ni un minuto en 24 horas!!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

16ºdía: Krabi (Tub Kaek Beach)

Hoy no tenemos planes. Nos levantamos tranquilamente y bajamos a Recepción para desayunar, y como las Recepcionistas nos preguntan qué tenemos pensado hacer hoy, les respondemos que todavía no lo sabemos.

Así que sacan un mapa y nos sugieren que visitemos unas playas no muy lejos de aquí y que alquilemos una moto para ello. Nos parece muy buena idea!! Tanto que después de la experiencia de hoy, posiblemente repitamos!

El alquiler de la moto nos sale por unos 4€ las 24 horas. Encima nos han dado la más nuevecita…por lo visto les hemos caído bien, porque siempre son muy atentas con nosotros.

Nos ponemos el casco (aunque por aquí sólo los turistas lo llevan…y no todos), y comenzamos la rutilla hacia la Playa Klong Moung. Por el camino vemos las casas (algunas budistas, otras islamistas), y llegamos, pero decidimos seguir de largo para ver qué más hay.

Acabamos la carretera en unas cascadas que no son muy famosas y que no recomiendan a nadie, y nos parece una pena! Son preciosas, y tan sólo hemos visto el tramo inferior, ya que no llevamos zapatos de trekking y el terreno está resbaladizo. Es un parque Natural llamado “Tab Kak-Hang”. A lo mejor mañana venimos a darnos un chapuzón, aunque mientras lo pensamos oímos un estruendo ruido dentro del monte como de un animal muy raro…así que se nos han pasado las ganas de venir solos. Esta parte de la isla es Naturaleza en su estado más puro! Se respira fauna y flora por todos sitios.


Volvemos unos kilómetros atrás, y comenzamos a ver letreros anunciando los Hoteles de la Zona, todos de cinco estrellas (Sheraton, Sofitel, Ritz-Carlton, etc), y pensamos que casi seguro, la playa dónde están estos hoteles, son las más tranquilas y bonitas de la zona. Y así es!! Es la playa de “Tuk Kaek”.

Cuando llegamos, las playas están desiertas! Sólo cubiertas por enormes cangrejos saliendo de los agujeros que han hecho como guarida en la arena de la orilla!!! Estamos quietos y comienzan a salir un tanto desconfiados, al menor movimiento, corren de nuevo hacia el agujero. Miden aproximadamente como la palma de la mano, con unas grandes pinzas. Llegamos a contar cerca de nuestra toalla como unos 15 a 20. El espectáculo cuanto menos, es divertido y fascinante.

Desde esta playa se divisan unas 7 u 8 islas grandes (algunas más pequeñas). Se ve perfectamente la Isla de Hong, que es muy conocida por aquí. También se divisan a lo lejos las más grandes de Koh Yao Yai y Koh Yao Noi. Es un paisaje estupendo, lástima que en esta época del año, siempre lo cubre una neblina que no deja ver con claridad. Pensamos que en un día bien soleado esto tiene que ser magnífico.


Vemos que se nos acercan varias personas de un Hotel cercano a pocos metros, y se quedan mirando los árboles, han visto también monos!! Les intentan dar de comer, pero los monos son más listos que ellos…no bajan hasta que se alejan.

Llega la hora de la comida. Aquí al no haber gente y no ser tan turístico no hay ni barcos en la orilla, ni vendedores, ni chiringos…

Vemos que hay un Bar a pie de playa de un Hotel de lujo. Nos invitan a pasar, y aprovechamos para ver la carta y preguntar si podemos comer algo.

Nos ofrecen unas tumbonas en la misma playa, y les pedimos unos cócteles. Creemos que tienen tan pocos clientes en este momento del año (para ellos todavía es temporada baja), que están encantados con nuestra visita.

Comemos allí, y aprovechamos para pasar la tarde en las tumbonas que nos han prestado.

A la hora de irnos, vemos como llegan unos pescadores a la playa. Comienzan a extender las redes en la orilla. Unas redes enormes! Les hacen sus nudos, las preparan, se meten un buen lingotazo de whiskey (nos ofrecen un poco entre risas), y se meten de agua hasta el cuello para extenderlas y pescar. Nos parece súper curioso! Y estamos seguros de que pescan bastante, porque han traído una gran nevera improvisada para meter las capturas. A Xisco le invitan a unirse al grupo de cuatro para ayudarles en la pesca, pero con la cabeza se niega, dice que no le apetece bañarse…

Regresamos al Hotel dispuestos a descansar un poco y recargar las pilas para mañana, que será nuestro último día de playa porque el viernes regresamos a Bangkok.

15º día: Krabi (James Bond Island)

Esperamos a la van para que nos recojan y nos lleven al tour que contratamos ayer en una Agencia de Información por unos 750 bath cada uno. Aparecen media hora tarde, pero ya han recogido al resto del grupo, así que…somos los últimos!! 16 personas,  dispuestas a pasarlo bien.

Después de 1 hora y 20 minutos hasta Phang Nga, la bahía que nos queda al norte, hacemos la primera parada en el muelle para coger un “long tail boat” muy rápido según la guía, pero todos nos adelantaban en súper barcos o yates…jajaja!! Qué panzón de reír cada vez que pasaba alguno y nos decían adiós!

Cuarenta y cinco minutos más y todos empapados de arriba abajo debido al mal tiempo del mar, vemos de lejos el Pueblo flotante de Panyee. Tenemos ganas de bajar ya y visitarlo, pero sólo nos dejan hacer unas cuantas fotos con mareo incluido, y nos dicen que vamos a comer en un Restaurante aquí, y que más tarde podremos visitarlo.

Continuamos hacia la Isla Kao Phing Kan y Koh Ta Poo, más conocida como “James Bond Island” recordando la famosa película del 007, “El hombre de la pistola de Oro” que se rodó en el año 1974.

Bajamos del bote, y nos dejan media hora escasa para visitar la isla y hacer unas cuantas fotos. La isla en sí es súper pequeña, más bien un islote. ¡Es llamativo que todas las películas de Hollywood se rueden en islas tan pequeñas! Ya nos pasó con Maya Bay (“La Playa”).


Así que siendo tan pequeña, imaginaos como estaba de turistas la playa. El sitio en sí, es espectacular: ubicado entre grandes islotes, grandes acantilados, fina arena blanca, etc.

Seguimos la visita hacia Lod Cave. Aquí teníamos la oportunidad de coger un kayak y dar una vuelta por las cuevas y los manglares. Menos mal que cogimos el tour sin kayak, ya que sólo están 15 minutos, dando una vuelta alrededor de una roca y acompañado de monitor, ya que no son aguas tranquilas porque cruza el mar…


Así que mientras unos están con el kayak, los otros hacen lo mismo pero con el bote. Observamos cuevas con estalactitas y estalagmitas por donde cabe justo el barco, y canales entre grandes rocas, pero después de haber estado en “Bor Thor”, nos parece a poco.

Continuamos hacia el Poblado Flotante de “Panyee”. Desembarcamos y comemos en un Restaurante. Nosotros lo hacemos tan rápido como podemos, porque nos han dicho que casi en media hora tenemos que estar en el muelle para seguir la excursión.

Nos damos cuenta de que es una pena, que en los sitios más interesantes te dejen tan poco tiempo para visitar.

Así que nos adentramos por un canal de los tantos que tiene el poblado flotante para observar cómo viven. Es un poblado de pescadores, construido sobre pilares de madera introducidos en el agua. Hay puestos de souvenirs por todo el recorrido, y su producto más típico son las perlas.

Vemos cómo viven, los niños que salen de la escuela todos uniformados, la suciedad que tienen debajo de las casas, dónde crían a las gallinas y patos (que suponemos nos hemos comido hace un rato…). Todas las casas están decoradas con elementos del mar como conchas de almejas, caracolas, corales, etc. Cada casa tiene sus macetas colgantes en la entrada y sus jaulas de madera para los pajarillos.


Cocinan toda especie de pescados que huelen un poco a rancio…y los dejan secar al aire libre…

Después de dar una vuelta más por otro canal, nos apresuramos porque pensamos que ya deben de estar todos en el bote (casi casi somos los últimos en llegar), como nos dejen aquí, nos vemos cenando pescaito al pil pil de ese tan rico que hemos visto al pasar cubierto de moscas…

Volvemos al punto de partida donde nos dejó el autocar para seguir la excursión. Próxima parada: “Monkey Cave”, unas cuevas llenas de monos donde reside un templo con un buda reclinado.

Al llegar vemos que los monos campan a sus anchas. Nos han avisado de que tengamos especial cuidado con las gafas, cámaras de fotos, objetos preciosos que puedan llamarles la atención, colgantes, etc.

Sobre todo nos explican que los monos son muy amigables por aquí, que hay cerca de 300, y que se les puede dar de comer (plátanos, chocolatinas, etc).

Empezamos a ver cómo bajan monos de la montaña en tropel, algunos con sus crías colgando del pecho, se quedan mirando bajo la atenta mirada de los turistas (algunos más atrevidos a darles de comer que otros).

De pronto un mono se monta a la espalda de una chica del grupo, y comienza a tirarle del pendiente colgante que lleva….a la chica se le quitan las ganas de reir, y todos asustados pensando que el mono le va a rajar la oreja como siga tirando. Fueron momentos de tensión, pero al final el mono se fue a comer un plátano que le dio un chico del grupo…menos mal!!! Parecía dispuesto a llevarse el pendiente como trofeo...


Entramos en el templo. Es una cueva preciosa y enorme, y observamos el buda reclinado de oro que hay en su interior.

También vemos que aquí están algo más adelantados, y que las profecías que nosotros hicimos en el Doi Suthep, a mano para escoger un numero con el palo, aquí las hacen con una máquina que te dice el número de la suerte si le echas unas monedas…no saben nada!!!



Para finalizar la excursión, nos llevan a unas cascadas en un Parque Natural, así podemos relajarnos y tomar un baño, pero el día está desapacible y no para de llover cuando llegamos. Así que sólo los más atrevidos se pegan el chapuzón. El agua está helada!

Ya por la noche, nos acercamos al pueblo para cenar, pero a la vuelta nuestros ojos no dan crédito a lo que están viendo: “tuk tuk tuneados”!! sí,sí…como lo estáis leyendo. Aquí llevan luces leds de todos los colores, unos equipos de música con amplificadores, vaya, como los equipos de música que se le coloca a los coches en España o mejor…

Así que nos montamos en uno de regreso al Hotel para probar la experiencia de ir cantando “No woman, no cry” de Bob Marley que lleva a toda pastilla un conductor que como menos, tiene un gran parecido a Jim Carrey en la película “Dos tontos muy tontos”.

Nos echamos unas buenas risas a su costa (aunque él nos devuelve la sonrisa con un moquillo como estalactita porque hace un frío esta noche que pela…), y nos vamos a dormir que ya toca.

lunes, 8 de noviembre de 2010

14º día: Krabi (Railey Beach)

Por primera vez en todas las vacaciones no utilizamos despertador, pero las ganas de visitar nuevas cosas hace que a las 9.30 estemos en el muelle donde se cogen los “long tail boat taxis”.

Visitaremos la playa de “Railey”. Esperamos aproximadamente 10 minutos en la parada porque el barco no hace el viaje hasta que tenga un mínimo de 9 pasajeros. Nos cuesta 100 bath el trayecto.

Tras 15 minutos de paseo en barco, llegamos a Railey Beach, de momento no muy masificado y bastante paradisíaco. Sobre todo impresiona el entorno en el que se encuentra, ya que tiene una gran roca vertical que se eleva desde el agua hacia unos cuantos metros de altura. A esta playa sólo se puede acceder por mar.

 Damos un paseo de punta a punta y encontramos que en una parte de la playa, se está rodando una película. Observamos el set de rodaje, los actores/actrices preparándose y algunos rodando su toma. Aunque no sabemos de qué película se trata, suponemos que de una local, porque todos los trabajadores parecen de por aquí a excepción de los actores que parecen norteamericanos.

Continuamos el paseo hasta llegar a una cueva que los tailandeses utilizan como templo improvisado, ya que hay un altar, y muchos nativos realizando sus ofrendas. Por lo visto el Buda al que veneran es el de la fertilidad.

Encontramos un sitio adecuado y desierto para pasar el día. A los pocos minutos, se llena de vendedores (piña, dulces, esterillas de playa, masajes…todo lo que se pueda imaginar). Nos ofrecen una mascarilla exfoliante de pies y un masaje y aprovechamos el día de relax para aceptarlo.


Tan sólo hay un restaurante perteneciente a un Hotel de Lujo en toda la playa. Hacemos pensamiento para comer allí, pero empiezan a llegar “long tail boats” que tienen dentro su cocina y barbacoa improvisada, vendiendo todo tipo de snacks, hamburguesas, bocadillos, comida thai, etc. Lo más curioso es el vaivén del barco, la gente para hacer su pedido, tiene que meterse en el agua hasta las rodillas y esquivar el oleaje que mueve el barco!!!

Así que decidimos comprar comida y todo nos sale por 170 bath, unos 4€, lo más barato que hemos encontrado desde que llegamos al Sur.

Pasamos un día relajado observando cómo baja la marea hasta 2 metros aproximadamente de su nivel habitual. Nos divertimos mirando cómo los más atrevidos hacen escalada en las rocas verticales y escarpadas de las montañas.


Para ser una playa muy conocida en la zona, nos sorprende que hay poca gente en comparación a las otras que hemos visto ya.

A las 16 horas nos viene a buscar el barquero para llevarnos de regreso a la playa que tenemos justo enfrente del Hotel. Aquí la bajada de marea es mucho más acusada y tenemos que andar unos 300 metros hasta llegar a la orilla.

Mañana tenemos previsto visitar “James Bond Island” aunque todavía nos queda contratar la excursión, ya que está un poco lejos y no queremos volver a la aventura de alquilar un coche.









domingo, 7 de noviembre de 2010

13º día: Krabi (Islas Phi Phi)

Por fin un día soleado! Tras el desayuno nos vienen a buscar al hotel en una van para acercarnos al muelle y coger la lancha rápida.

Después de 45 minutos navegando llegamos a “Bamboo Island”. Desembarcamos y nos dejan 45 minutos para  bañarnos, pasear, tomar el sol, y dar una vuelta por esta isla paradisíaca.


La playa es preciosa: arena blanca, palmeras, agua turquesa y cristalina, etc… pero pronto empiezan a llegar el resto de lanchas y la playa se masifica, por lo que pierde su encanto.

Marchamos en la lancha hacia “Pi Leh Bay”, una bahía entre montañas verdes y rocosas donde no hay playa, tan solo nos llevan para contemplar la belleza del lugar y tomar algunas fotos desde la lancha.


Próxima parada: “Viking Cave”, una cueva que no es posible visitar por dentro. En el pasado servia de refugio a piratas Malayos y Chinos y en la actualidad es un criadero de golondrinas ya que sus huevos son muy preciados para la cocina.

Continuamos navegando hasta Maya Bay, quizás una de las localizaciones más famosas por haberse rodado la película “La playa” de Leonardo Dicaprio.

El entorno es precioso, pero es un hervidero de gente y lanchas, apenas puedes bañarte ni pasear por la playa y no hay espacio para extender la toalla. Así que después de treinta minutos admirando el paisaje, emprendemos la marcha hacia “Lohsamah Bay”, un lugar donde nos llevan para hacer Snorkel y contemplar los coloridos peces y corales que tienen sus aguas.


Pasados 45 minutos nos llevan a “Phi Phi Don” para comer. El restaurante es tipo buffet y la comida está buena, también hace mucho el apetito que tenemos después de la movidita mañana que hemos tenido.

Terminamos pronto de comer y todavía nos quedan algunos minutos para aprovechar y visitar “Monkey Beach”. Ambas playas (Phi Phi Don y Monkey Beach), se encuentran separadas entre si por una pequeña  península de arena de apenas doscientos metros en su distancia más corta. En ella se han construido hoteles, restaurantes, souvenirs… ¡ lo que es relax en estas dos playas es imposible de conseguir!.

Con una calor insoportable (es nuestro primer día de sol aquí), regresamos al muelle donde nos espera la embarcación que nos llevará a “Hin Klarng”, un excitante  lugar para practicar snorkel en mar abierto. Apenas hay dos metros de profundidad y sus aguas están repletas de vida submarina.

Los peces te picotean la piel pensando que eres carnaza para ellos!!! Ponemos la mano vacía como si tuviéramos comida y te picotean creyéndoselo.




Hoy ha sido un día intenso,  así que esta tarde toca descansar, quizás con algún masaje y una buena cena, que es lo único que se puede hacer por aquí.

sábado, 6 de noviembre de 2010

12º día: Krabi (Bor Thor)

Nos recogen a las 8.30 del Hotel para ir a “Bor Thor Village” y hacer una excursión guiada en kayak. Sólo somos cuatro personas (una pareja londinense) y el guía.

Tras una hora de traslado en coche hasta el lugar, llegamos al muelle, donde nos ofrecen café o té antes de comenzar el recorrido. Desde el muelle ya se comienza a divisar un paisaje impresionante: las grandes montañas de Limestone que emergen de entre las aguas del río y los manglares.


Nos asignan el kayak y comenzamos a remar de buena mañana contra la corriente. El río en la parte en la que estamos es amplio y en el mismo, encontramos una granja de ostras y un criadero de cangrejos.

Paramos el kayak y podemos observar los cangrejos dentro de unos cubos agujereados negros. Son enormes! Intentan cogernos un dedo con las pinzas, pero antes soltamos el cubo y proseguimos la excursión.

Por el camino, Koko (nuestro guía), nos explica la fauna y vegetación de la zona. El lugar está lleno de cocodrilos, monos, serpientes (de las 250 especies que hay en Tailandia, tan sólo de 20 a 30 son venenosas).

Giramos a la izquierda por un canal que se desvía del río principal. Nos vamos adentrando en el manglar. La amplitud se ha acortado y ahora ya no hay corriente, por lo que es más fácil remar y deleitarse con el paisaje.

A medida que avanzamos, el río se va estrechando, y apenas cabe un kayak entre los árboles que salen a la superficie desde el manglar. Nos muestra una especie de cangrejo araña: el nombre lo dice todo, es negro, tiene las patas de una tarántula peluda, y el cuerpo de cangrejo. Podemos ver que casi en cada árbol hay uno o más que trepan por el tronco a medio metro de distancia de nosotros. Intentamos mantenernos al margen y con la pala damos grandes remadas para avanzar más rápido hasta que Koko nos explica que son inofensivos (…¡menos mal!).

El río se hace paso a través de la montaña hueca en su interior con una cueva llena de estalactitas y estalagmitas. Depende de cómo esté el nivel del río, el hueco de paso es más ancho o estrecho. En nuestro caso, tenemos que bajar las cabezas para no dar con el techo.


Nada más entrar en la cueva, vemos la salida a una impresionante y verde laguna que se encuentra dentro de la montaña. De todos los paisajes que hemos visto hasta el momento, éste es sin duda alguno, el más maravilloso en cuanto a naturaleza se refiere.

Grandes y largas palmeras que no parecen tener fin, enormes enredaderas que cuelgan de las mismas, lianas, agua verde, rocas con formas vertiginosas. Un espectáculo visual y auditivo fantástico, ya que sólo se oye nuestro remar y los pájaros y animales de la jungla.


Las fotos que colgamos, en realidad no hacen justicia al lugar.

Seguimos remando hasta las Cuevas “The Big-headed Ghost”, donde bajamos del kayak para visitarlas. Observamos las pinturas de hace más de 3.000 años que hicieron los primeros habitantes del Mar de Andamán.

Tras una breve visita y explicación por parte de Koko, continuamos remando hasta otra laguna. Ésta segunda mucho más grande y bonita. Nos quedamos atónitos ante la madre naturaleza, pero pronto nos corta el disfrute explicándonos sus vivencias en la misma durante el tsunami. En esta laguna se salvaron muchas vidas.

Nos detalla que mientras estaba en el kayak, una corriente enorme lo arrastró a él que ese día no había salido con ningún grupo. Se agarró fuerte a un árbol y el kayak quedó atrapado entre árboles. Su instinto fue llegar al kayak como pudo (no sin hacerse varias rasgaduras por todas partes), y dejar que la corriente le llevase hasta encontrarse con la laguna. Por el camino se encuentra a muchos turistas que están sin el kayak porque les ha sorprendido la corriente.

Los dirige a la laguna porque allí no hay corrientes. Permanecieron varias horas en su interior subiendo y bajando constantemente. En cada kayak había tres personas y en algunos incluso cuatro.

La incertidumbre reinaba en el grupo, ya que nadie sabía qué estaba pasando. Con la corriente los móviles se perdieron. Tras unas horas al mismo nivel, Koko comprueba si es seguro salir de allí.

Pudieron salvar así la vida casi cerca de 50 personas de diferentes nacionalidades. Cuando llegaron a Ao Nang, vieron el desastre, pero en la ciudad sólo hubo tres muertes. Donde sí hizo mella el tsunami es en las islas cercanas (Phi Phi, Bamboo, Hong, Poda, etc).

Escalofriante relato en primera persona que nos deja al grupo un poco chof…

Emprendemos el regreso hasta el embarcadero pasando por una zona de manglar muy espeso por donde apenas cabe el remo.



De vuelta al río principal y con la corriente a favor, de repente vemos monos saltando de árbol en árbol. Nos acercamos a la orilla para verlos mejor, pero Koko nos dice que nos apartemos porque aunque no son peligrosos, les gusta jugar y saltar dentro del kayak.

Así que remamos rápido hacia el centro, no vaya ser que al mono le dé por hacer una monería…

Comemos en el embarcadero y continuamos la ruta ya sin kayak a una laguna azul de agua dulce llamada “Tha Pom”. Allí nos refrescamos dándonos un bañito, y después de relajarnos y divertirnos con una liana a lo estilo Tarzán, regresamos al Hotel.


Salimos a cenar algo y a la vuelta, encontramos en el paseo a una mujer que vende una especie de papel con un aro en su parte inferior. Nos acercamos con curiosidad para preguntarle qué es lo que vende y para qué sirve, y…por fin!! Desvelamos un misterio que desde nuestra llegada a Chiang Mai nos tiene en vilo!
Paseando muchas veces vimos pasar una luz amarilla intensa en el cielo, pero no era ni un avión ni nada similar, tampoco parecían fuegos artificiales, ni Superman…

Se trata de una tradición Tailandesa, consistente en escribir en rotulador el deseo que quieras cumplir sobre un gran globo de papel. En su parte inferior hay una mecha tipo incienso que al prender, calienta el aire de su interior. Poco a poco el globo se va elevando, y la pareja o persona que lo tiene sujeto, lo deja escapar para que se cumpla el deseo.

Compramos uno y la mujer muy amable nos indica cómo se hace todo. Así que escribimos, encendemos la mecha y cuando la mujer nos dice ¡¡¡tres!!! lo soltamos y vemos que poco a poco coge altura hasta desaparecer en el cielo.


Le hemos abierto la veda a la mujer!! Pues detrás de nosotros, comienzan un montón de parejas a comprarle globos y de repente, el cielo se llena de luces amarillas de fuego.

Una bonita tradición que no deja indiferente a quien la prueba. ¿Se cumplirá el deseo? Habrá que esperar algún tiempo para saberlo.






viernes, 5 de noviembre de 2010

11º día: Krabi (Ao Nang)

Hemos hecho las maletas. A punto de partir por la mañana temprano para aprovechar el día, desayunamos y nos dirigimos a Recepción para hacer el check-out. Confirmamos nuestras suposiciones sobre la cara que se le quedaría al “comodín”:  :O

Por el camino encontramos una manada de monos cruzando la carretera. Sacamos la cámara de fotos corriendo y cuando me dirijo a hacer la toma desde la ventanilla del coche, un mono enorme se queda fijamente mirando muy desafiante…llevaba a su cría de la mano…intimida un poco! Así que hacemos corriendo la foto, porque leímos antes de ayer en el periódico, que varios monos habían atacado a una turista por aquí cerca: más explícitamente salía su foto con dos monos en su cabeza con actitud agresiva y en sus pies, quince o veinte monos más arañándola.


Por el camino, varios letreros indicativos de ruta de evacuación en caso de tsunami te recuerdan dónde estás y la tragedia que pasó hace algunos años en la zona. Te entra un mal rollo…

Llegamos a Ao Nang. Nos dirigimos a un Hotel que vimos ayer mientras paseábamos y del cual ya tenemos un precio de referencia: “Ao Nang Buri Resort”. Pedimos un descuento. Nos lo aceptan y sale mejor que por la Web. De momento somos prudentes y cogemos tan sólo una noche aquí.

Después de tantos días para arriba y para abajo, por fin….!!!!!Toca descansar!!!!!. Así que nos tomamos la tarde de relax en la piscina del Hotel leyendo un buen libro.

Por la noche cena en el Restaurante Echo, con danzas tailandesas y artes marciales que amenizan la velada.

Más tarde paseamos por la calle principal, donde encontramos una interesante mochila estanca que nos irá muy bien para las excursiones de agua que tenemos en mente. El regateo por aquí es muy diferente. Ya no tienen sonrisas como en el norte y la capital, sino más bien cara de enfado. Hay una mujer que nos echa de su tienda por bajarle más de la mitad el precio de partida. Al final le damos 20 bath más de lo que le pedíamos. Ella acepta pero ya no tiene ganas de sonreír. Así en todos los sitios a los que entramos. Pero es bien cierto que la cultura árabe e india está más extendida por esta zona.

Con la mochila en nuestro poder nos vamos a descansar que mañana promete: día de kayak en “Bor Thor”, y parece que el tiempo va a acompañarnos. La predicción es de sol, que aunque estamos en zona de playa, no hemos visto todavía.

10º día: Krabi (Had Yao)

Como veréis en adelante, hemos podido colgar algunas fotos por todo el blog, tanto de días pasados como de hoy. Esperemos que os gusten, aunque no tienen muy buena calidad, podréis imaginaros un poco mejor nuestras vivencias.

Nuevo día en Krabi. Despertamos con la intención de visitar la playa de Railey Beach, para lo cual es necesario coger un long tail boat en Ao Nang, ciudad principal donde se encuentran todos los servicios turísticos.

Pedimos un taxi la noche anterior y lo programamos a las 8.30 am. El “comodín” nos dice que así lo tendremos. Pero cuando nos presentamos en la Recepción a la hora acordada, nos dice que mejor el servicio de taxi nos lo hace el propio Hotel, y que nos va a salir más barato. Por el momento bien. Pero vemos que van pasando los minutos y nos dice que el taxista está desayunando, y que en pocos minutos nos llevará (¡tócate las narices!).

Nos dice que el precio especial es de 1000 bath ¡súper caro!, y hemos venido desde Phuhet que está a dos horas y media de camino, por 3000 bath y con limusina! Le decimos que es caro y nos comenta que los precios normales de por aquí son de 1300 bath, y que no tenemos otra opción.

Nos cambia el chip, y pensamos que estamos demasiado lejos como para establecer el campo base de excursiones y de visiteo aquí. Así que preferimos estar todo el día mirando opciones antes que perder más tiempo y dinero en este Hotel.

Después de 65 km en un pick up sin asiento trasero, llegamos a Ao Nang, donde comenzamos a mirar algún que otro Hotel, excursiones, precios de barcos a otras islas, y coches de alquiler.

Decidimos coger un Hotel, pero a partir del día siguiente, ya que igualmente tenemos que volver a Had Yao para recoger las maletas. Así que para ahorrarnos otro incómodo y caro viaje, pensamos en alquilar un coche y visitar algunas cosas hoy, y mañana estar de vuelta con las maletas para quedarnos en Ao Nang, que es punto de partida de las visitas a las playas más famosas y las islas de por aquí.

Entramos en una agencia de información, donde alquilamos un SUZUKI Vitara azul antiguo de toda la vida… La experiencia ha sido toda una aventura. Se conduce por la izquierda!! Xisco se hace en pocos minutos con el coche, aunque el tema de los intermitentes no acaba de coordinarlos muy bien…volvía locos a los tailandeses, cada vez que quería girar a la izquierda, activaba el limpiaparabrisas, y alguna vez dudaba entre izquierda y derecha. Pero lo cierto es que se ha acostumbrado en seguida, y su sentido de la orientación ha hecho que no nos perdamos apenas, ya que no hay indicadores en inglés en abundancia…

Después de estar casi una hora con la casa de alquiler discutiendo sobre el tema de la necesidad de tener los pasaportes a mano para hacer el contrato (los teníamos a 65 km y 2000 bath de distancia), caemos en la cuenta de que antes de partir de España, enviamos escaneados los pasaportes a nuestro correo por si había algún inconveniente. Bendita la hora en que lo hicimos!!! La tailandesa queda conforme al verlos por e.mail y nos da las llaves, y tras una larga demostración de los aparejos del coche, nos ponemos en marcha entre risas y emoción de conducir en un sitio tan pintoresco…

Visitamos unas termas naturales: “Nattha Waree Hot Springs”. Estamos solos en todo el recinto, por lo que nos relajamos y disfrutamos de todas las piscinas. La peculiaridad de este sitio es que tiene diferentes aguas minerales a Temperaturas de 39ºC a 45ºC. Nos explica la dueña que el agua termal tiene muchos beneficios para la salud, como el embellecimiento de la piel, purificación de la misma, relajación de los músculos, etc. Nos enseña el recinto y empezamos por el “Fish Spa Therapy”.


El fish spa está muy de moda en Tailandia, en Bangkok y Chiang Mai también había muchos. Consiste en introducir los pies en una piscina de agua llena de peces pequeños. Éstos al ver los pies se lanzan en picado sobre ellos y picotean las impurezas (vamos que les sirves de comida). Sientes un pequeño cosquilleo y pequeñitos calambres que incluso te hacen reír.


Después de la primera parada, seguimos con las termas de 45ºC. Eso no hay quien lo resista!!! Es sólo una actividad para los más valientes! Te atreves a meter como mucho los pies, pero si te sientas…ya es otra cosa. Así que acabamos en la de 39ºC y…ya son grados teniendo el calor que hace por aquí.

Volvemos a Ao Nang, pero por el camino nos perdemos y damos con un paraje impresionante. Una playa larga de arena, con unas grandes rocas que emergen del mar, muy típicas en esta parte del Sur. El espectáculo es precioso, porque además las grandes rocas, están cubiertas de árboles verdes que desafían a la gravedad.

Como la marea está baja, podemos caminar hasta la roca y ver por dónde llega el nivel del mar cuando está en su estado habitual. Durante el paseo, vemos pequeños montículos de arena en bolitas y agujeros hechos en la arena, nos preguntamos qué es eso, porque los hay a miles. De repente, levantamos la vista y vemos miles de cangrejitos con pinzas muy alargadas que corren en dirección opuesta a donde estamos.
Cuando queremos alcanzarlos, rápidamente agujerean la arena para esconderse y poner a salvo su vida. Súper curioso!!!Parecen estar sincronizados!!

Seguimos caminando y por el camino, encontramos grandes caracolas vacías, diferentes tipos de cangrejos (de una pinza, grandes, pequeños…), una lugareña cogiendo lapas de una roca que nos sonríe al pasar, estrellas de mar redondas, caracolas de mar caminando, y a lo lejos varios pescadores metidos en el mar hasta la cintura y las olas del mar cada vez más cerca porque va subiendo de nuevo la marea.

Ha valido la pena perderse!! Tras ponernos en marcha, continuamos hacia Ao Nang, y tras hacer varios kilómetros de más, nos damos cuenta de que estábamos a 200 metros de la ciudad!

Cenamos y regresamos al Hotel de Had Yao, pensando que seguro será la última noche que pasemos alejados de la civilización.

Por el camino se nos hace de noche! Buf! Si de día nos hemos perdido, de noche ni os contamos!! Estábamos por una carretera sin señalizar y de repente Xisco se para, hemos acabado el asfalto y pegado está la orilla del mar con apenas medio metro de arena. Nos ha faltado el canto de un duro para meter el Vitara en el agua!!

Damos media vuelta, y después de una hora llegamos al Hotel, donde nos espera el “comodín”. Entre risas nos pregunta si nos hemos perdido porque es muy difícil de encontrar el Hotel…(¿No va a ser difícil si no hay señalizaciones?).

Así que nos vamos a hacer las maletas, ésta vez riéndonos nosotros pensando en la cara de tonto que se le quedará al día siguiente cuando nos vayamos del Hotel, ya que pensaba que nuestra estancia iba a ser más larga.

Llegamos a la habitación y al abrir la puerta, tenemos un nuevo inquilino: una rana enorme que casi pisamos!! La parte buena: Ya no estamos tan solos como pensábamos…